El objetivo de esta obra es describir desde diversos ángulos la imagen actual de las bibliotecas, las instituciones documentales, el libro o la lectura, revisando y analizando las manifestaciones de la cultura de masas en España en que se ha reflejado. Así detectaremos la evolución de los mensajes, actitudes y valores con respecto a los estereotipos existentes, con el fin de promover una comprensión y un uso eficaz de los medios de comunicación de masas en la construcción de la imagen pública de instituciones tan importantes como las bibliotecas y actos como el de leer.

Los medios de comunicación de masas son el vehículo transmisor de imágenes y estereotipos que, aunque parciales o injustos, repercuten en las expectativas, deseos y usos que se realizan, y debemos conocerlos para apoyarnos en ellos o transformarlos.

La imagen pública de una institución puede ser resultado tanto de una "proyección" consciente, esto es, de la creación de mensajes y su difusión activa (a través de la promoción, de la creación de una imagen corporativa, de campañas publicitarias o de merchandising), como de la transmisión de mensajes por los mediadores de la comunicación y los creadores en la cultura de masas, ya sean periodistas, escritores, cineastas o publicistas.

De modo habitualmente no reflexivo, los ciudadanos construyen su visión de la biblioteca integrando sus percepciones y vivencias como usuarios (en caso de serlo), las procedentes de sus relaciones sociales (familia, amigos, compañeros) y los mensajes que les llegan de los medios que influyen en la opinión pública y en la socialización.

En España no nos cabe esperar en principio una imagen positiva basada en experiencias previas. La dictadura supuso un paso atrás en el desarrollo bibliotecario del país; los adultos de hoy fueron a bibliotecas paupérrimas en su infancia (especialmente en el medio rural, pues los niños de capitales de provincia ya tuvieron las bibliotecas provinciales en las Casas de Cultura). Actualmente una mayoría no utiliza las bibliotecas (sólo 8.5% de los españoles había acudido a una biblioteca en los tres meses anteriores al último estudio sobre hábitos culturales de la SGAE (2000), y la mayoría de ellos usaba la biblioteca principalmente como sala de estudio), y todavía muchos jóvenes tienen como referente una biblioteca en su pueblo o colegio con colecciones anticuadas, infradotadas tecnológicamente y un personal cuya función las más de las veces es de permanencia.

Aunque los edificios, las colecciones y los servicios de las bibliotecas de las ciudades han mejorado considerablemente, la imagen de la biblioteca subdesarrollada o prescindible quizás persista en la visión de esos españoles que ya no la utilizan, desconocen sus nuevas instalaciones y posibilidades, y tienen presente las bibliotecas que vivieron en los años en los que la cultura era objeto de desdén o de sospecha.

Por otro lado, el proceso de desarrollo de las libertades y derechos sociales emprendido durante la transición, la normalización institucional y la construcción de un modelo de estado descentralizado basado en el reparto de poder entre el estado, las autonomías y los municipios, supuso profundas reformas en ámbitos vitales como la educación, la sanidad, las infraestructuras y la hacienda pública, llevando también a una explosión de la cultura como espectáculo público e identidad comunitaria. En este contexto tampoco la biblioteca pública ha llegado a salir del ostracismo, ni a encontrar un modelo extendido por todo el territorio español que iguale las ofertas de servicios y los modelos de instituciones, sobre todo a nivel municipal, y es tan solo en los últimos años cuando encontramos un momento bibliotecario dinámico, una vez consolidadas otras reformas necesarias en nuestra sociedad.

A pesar de estos precedentes, hemos observado la existencia de un cambio apreciable en la imagen tradicionalmente reflejada en los medios de comunicación, que apunta valores positivos y oportunidades, fruto de un cambio social lento pero constante. Además de una diversificación de las imágenes trasmitidas, la presencia de las bibliotecas en los distintos medios va aumentando especialmente en la prensa escrita, siendo todavía insuficiente en los medios de más audiencia, radio y televisión.

En cuanto a la literatura y el cine, siguen utilizando visiones muy tópicas de la biblioteca y lo libresco, por el gancho narrativo de personajes extraños y entornos sórdidos, pero sobre todo en el cine la biblioteca va siendo un escenario habitual. La biblioteca o los archivos son objetos románticos para la búsqueda de información, para la desvelación del misterio. Son una puerta hacia la verdad, son el último recurso, son una vía, son un alto en el camino, son la prueba, son intriga y nostalgia.

Se hace patente una necesidad de utilizar los medios de promoción que el marketing institucional y la publicidad ofrecen para hacer llegar los servicios bibliotecarios a todos los ciudadanos, y ello está siendo materializado ya por muchas bibliotecas que crean y usan logotipos propios, imágenes corporativas, intervienen activamente en los medios, etcétera. De estos temas trata la obra que el lector tiene en sus manos, con la intención de producir tanto reflexiones sobre la imagen bibliotecaria como unas pautas de intervención en los medios.

En la primera parte realizamos, en dos capítulos, una revisión general de la imagen de la biblioteca según se ha reflejado en los diversos elementos de la cultura de masas -televisión, cine, prensa, literatura, publicidad-; y un análisis de la evolución y las actuales tendencias de publicidad y promoción que las bibliotecas realizan en pos de la proyección de una imagen adecuada a sus fines.

Esta visión general se completa en la segunda parte con trabajos de Plácido Guardiola y Manuel Hernández Pedreño en los que realizan un exhaustivo tratamiento sociológico de las noticias de la prensa escrita y electrónica relativas a las bibliotecas.

Finalmente, en la tercera parte, del análisis sociológico se pasa a la reflexión más libre en una serie de ensayos sobre el mundo bibliotecario y libresco en la ficción literaria y cinematográfica, poniendo a disposición del lector textos que forman parte de la cultura común.

II. Análisis sociológico del discurso sobre bibliotecas y lectura en la prensa impresa y digital española

III. Excursus literarios sobre el mundo de la información y las bibliotecas